Royal Shifters Series - Chapter #8 - Free To Read

"Gracias por dejarme montar a Nightshade", le dije a Blake.

Él sonrió y fue a buscar un balde de agua de la manguera. Me había contado todo sobre cómo creció como un chico de ciudad y cómo Ryker y Tyla lo convirtieron en un vaquero. Las historias de sus misiones encubiertas eran increíbles. Aunque no era un cambiaformas, era un humano letal.

"A él le gustan las mujeres hermosas montándolo".

Nightshade me empujó con su nariz y me reí. "Nunca antes había montado a un caballo".

"De verdad? Pareces natural ahí afuera".

"Está bien, Evans, no coquetees con la mujer de Ryker. Él te desollaría vivo", bromeó Tyla. El amigo de Blake, Wyatt Erickson, entró a su lado. Habían sido inseparables desde que llegamos. Era un hombre guapo, vestido con un par de jeans, una camisa polo, y su cabello castaño claro en puntas despeinadas.

Blake le guiñó un ojo. "No tengo miedo. Estoy seguro de que su ladrido es peor que su mordida". Tratamos de ocultar nuestras risitas ante el comentario y él nos miró de reojo antes de continuar. "¿Bailarás conmigo esta noche?"

Ella sonrió. "Tal vez, si me compras una bebida".

Se acercó más a mí. "¿Por qué siempre es tan difícil?"

"Porque así puedo ser", respondió, tomando mi mano. "Y ahora mismo, necesito llevar a esta chica a casa para que se prepare para la noche".

Acaricié la oreja de Nightshade y lo besé. "Hasta mañana, chico. Bueno, si está bien", dije, mirando a Blake.

"Ven cuando quieras. Siempre eres bienvenida. Wyatt y yo los veremos a ambos esta noche".

Tyla y yo nos despedimos y subimos a su auto. "¿Qué pasa entre tú y Wyatt?" le pregunté mientras conducíamos.

Ella pestañeó inocentemente. "Solo un coqueteo amigable. No es precisamente mi tipo, pero vaya que es agradable de ver".

"Ryker también lo es. Me dijo que tú eres la única del grupo que no ha intentado aparearse con él".

"Oh diablos, ¿te lo dijo?".

"¿Es cierto?"

Suspiró. "Sí, pero nunca pasó nada. Él nunca se acostó con ninguna de ellas ni les prometió nada".

"¿Alguna de ellas intentará desafiarme?"

De ojos abiertos, estalló en risas. "¿Estás bromeando? Serían estúpidas si lo hicieran. Cualquier lobo a un kilómetro de distancia puede sentir tu poder. No planeo nunca ponerme de tu lado equivocado".

Eso era bueno saber.

Me dejó en la casa de Ryker justo a tiempo para que él viera las varias bolsas de compras en mis manos. Bajó del auto, seguido por otro lobo vestido con el mismo uniforme de guardabosques. Tenía el cabello rubio oscuro y una sonrisa burlona; era uno de los seis que me vigilaban.

"Bailey, él es Cedric, mi segundo al mando".

Le tendí la mano. "Sí, reconozco esa sonrisa".

Cedric tomó mi mano, riendo a carcajadas. "¿Así que estás diciendo que me parezco a mi lobo?".

Ryker entrecerró los ojos, estudiando el rostro de Cedric. "Tienes razón. Sí".

"Solo la sonrisa", agregué. "Recuerdo que se volvió más grande cuando me sentaba en el porche de enfrente, esperando a que todos se fueran. Quería quitártela a bofetadas".

Estoy seguro de que eso hubiera sido interesante", respondió Cedric.

Ryker rió. "Si con interesante te refieres a verte correr hacia casa con el rabo entre las piernas... entonces sí".

"Bueno, si ustedes dos terminaron de burlarse de mí, me voy a cambiar de ropa y los encuentro en el bar".

Lo vi caminar pasando la casa hacia otra al otro lado del campo. "¿También vive aquí?".

El brazo de Ryker rozó el mío cuando se puso a mi lado. "Sí. Ese es su cabaña allá. Algunos hombres de la manada son constructores. Construyeron todo lo que ves aquí". En las tierras de Ryker, había el rancho principal, una cabaña más pequeña y dos establos separados.

"Muy bonito. Parece que tienes mucho talento en tu manada".

"Nuestra manada. Y sí, lo tenemos". Se volvió para mirarme. "¿Todavía estás enojada conmigo?"

"Lo estoy", respondí, cruzando los brazos sobre el pecho.

Él sonrió. "Perfecto. Eres sexy cuando estás enojada".

"Y tú eres irritante".

"Bueno, probablemente esté a punto de irritarte aún más. Después de que conozcas a la manada mañana, nos iremos".

"¿A dónde?"

"A algún lugar seguro, donde nadie pueda encontrarte. Si la manada Yukon viene, verán que no estás aquí y se irán. En cuanto desaparezca la amenaza, podemos regresar".

"¿Cómo voy a viajar? No tengo nada para probar mi identidad".

Tomando mis bolsas, él se dirigió hacia la puerta y lo seguí. "Por eso voy a hablar con Blake esta noche. Nos ayudará. Cedric asumirá el papel de alfa si alguien viene buscándote".

"Puedo ir sola. No deberías dejar a tu manada", argumenté.

"Y debes dejar de ser tan terca. Pensé que eras aventurera. Incluso puedes elegir el lugar al que quieras ir. Esta es tu oportunidad de ver más del mundo. ¿No tienes miedo, verdad?" Estaba desafiándome.

Podía escuchar la risa en su cabeza, pero también podía sentir su vacilación. Algo estaba mal. "No tengo miedo".

"Entonces demuéstralo", respondió con una sonrisa pícara.

Me acerqué a él, mi cuerpo pegado al suyo. "Lo haré, aunque sé que estás ocultando algo". Él miró hacia un lado y decidí dejarlo por ahora. "Sé exactamente a dónde quiero ir primero".